Pero recientemente en un grupo de trabajo e investigación en el que participo para profundizar en los distintos modelos organizativos para el siglo XXI y en la necesaria evolución de las compañías hacia esos modelos, alguien ha formulado una pregunta: ¿a qué se refiere la gente cuando habla de transformarse o de hacer una transformación digital?
La pregunta en el grupo ha generado muchos silencios como respuesta pues realmente pocas veces nos preguntamos cuál es el sentido, la finalidad, el por qué y para qué de una transformación. Muchas empresas sienten la necesidad de transformarse o evolucionar y muchos profesionales ofrecen “servicios de transformación”. Pero ¿cuantos dan respuesta de verdad a esa pregunta?
Pues bien, sin ánimo de ser exhaustivo ni descubrir la pólvora he pensado sobre ello y creo que las deseables “transformaciones” solo pueden tener como finalidad la evolución hacia modelos de organización en los que, además de sus competencias empresariales o de negocio, cuenten con una cultura real y arraigada en la que sean importantes los siguientes valores y virtudes:
Humanidad: para asegurar relaciones de valor y facilitar la evolución y desarrollo digno de sus empleados y directivos, así como el respeto de clientes, proveedores y la sociedad en general.
Amabilidad: no solo para ser amable, sino también para ser percibida como amable, tanto en el ámbito interno como en su interacción con el mundo y el entorno en general.
“Super sensibilidad”: para contar con “sensores” internos y externos múltiples para leer, detectar y conectar sin dilación con la evolución de las necesidades del entorno exterior e interior de la organización.
Mutabilidad: para redefinir la oferta externa y las estructuras internas para que estén siempre al servicio de las verdaderas necesidades con capacidad de disolver, o mutar, ágilmente las funciones o tareas innecesarias.
“Involucrabilidad”: para asegurar un clima en el que los colaboradores vivan el propósito con involucración personal y con sentido de contribución y pertenencia.
“Alianzabilidad”: como capacidad para unirse (y desunirse) a otros con agilidad para propósitos comunes específicos en cooperaciones de mayor o menor duración y ámbito con beneficio mutuo.
Gobernabilidad: para que la maquinaria organizativa tenga el impulso, funcionamiento y orden que requiere para su exitoso mantenimiento.
Sabiduría pragmática: para efectuar análisis exprés pero sensatos de oportunidades y riesgos, para acometer con agilidad decisiones, cambios, pruebas, lanzamientos, e incluso la propia reinvención empresarial.
Disolubilidad: para asegurar el abandono de su actividad, de parte de ella o su fragmentación con el menor trauma cuando la misma no tiene sentido y no es reconducible.
Agilidad responsable: consecuencia de las anteriores virtudes, para actuar con rapidez y sensatez en lo que sea necesario.
¿No deberíamos hablar más de evolución que de transformación? Transformar una organización es transformar las personas y el sistema de creencias y de relaciones entre ellas. En definitiva es hacerlas evolucionar. Lo demás es otra cosa.
Y con seguridad las empresas que desarrollen esas cualidades o virtudes tendrán muchas más probabilidades para desenvolverse con éxito y conseguir las necesarias rentabilidades y la sostenibilidad que todo negocio precisa.
Cuento con una amplia trayectoria con clientes de referencia en diversos sectores varios, entre los que figuran el financiero y el de utilities.
Mi actual foco de trabajo se centra en el diseño y dirección de proyectos de transformación alrededor de la sostenibilidad organizacional, con facetas de facilitador, coach ejecutivo y formador. Puedo destacar mi visión y vocación para aportar experiencia en el acompañamiento a empresas y organizaciones en su transformación progresiva hacia los nuevos paradigmas organizacionales. Igualmente, participo en actividades de investigación e innovación, personal y colectiva, que puedan facilitar el entendimiento de estos nuevos campos y su progresiva implantación práctica.
Formado como ingeniero civil, durante mi trayectoria profesional he desarrollado un gran conocimiento y experiencia en análisis económico, estratégico y financiero de las empresas y en particular en la integración de estas variables en los procesos de negociación.
Actualmente simultaneo mi actividad de asesoramiento profesional con la de consejero de dos sociedades y la de profesor asociado en el IE Business School, donde imparto las asignaturas de «Financial Statements Analysis» y «Game Theory With Applications to Finance» en los programas Master in Finance y Master in Advanced Finance.
En paralelo, mis inquietudes e interés en los aspectos de liderazgo, conocimiento y desarrollo personal me han llevado a adquirir una completa formación y práctica en los ámbitos del comportamiento humano y el crecimiento y evolución personal y de las organizaciones, así como en el campo de la gestión de las relaciones con las personas. Un valor fundamental en mi trayectoria profesional.
En la actualidad comparto mi actividad profesional de asesoramiento con actividades docentes en el campo de la negociación en la Universidad Francisco de Vitoria, a través del Instituto Superior de Negociación.